LILIANA REINOSO



LILIANA REINOSO
(La Pampa-Argentina)

NO HABRÁ CERROJOS

Podrán ponerle llave a todo
encarcelar los brazos y las piernas
cazar los pájaros asesinar los jóvenes
poner mordaza al grito que reclama
decretar pena de muerte a los amores
pero jamás habrá tirano alguno
que aprisione el pensamiento humano.
Y entonces yo te invito
a vos, que estás de gris ciudad empaquetado
a soltar las amarras de tus sueños
a ser el polizón de esta aventura
a viajar con la música y el canto
al país de la magia.
Y entonces yo te invito
para crear los puentes y comenzar el vuelo
ese vuelo ganzúa que abre todo el camino libertario.
Para que nunca más los labios lleven rejas
y las palabras vuelen.


HUELLA DEL DESAPARECIDO

Cómo puede una tierra
partida al medio
andar de pie, o alzarse
con tanta niebla.
Somos dos Argentinas
tan separadas
tan irreconciliables
tan divorciadas.
Tiene treinta mil metros
esta trinchera
treinta mil flores muertas
en primavera.
De un lado los que olvidan
por conveniencia
enfrente, y sin alivio,
los de la ausencia.
Aquellos que se fueron
no son historia
subyacen y perduran
en la memoria.
Para los mutilados
y los ausentes
el tiempo no es pasado
sino presente.
La herida es tan profunda
y es tan siniestra
que los pañuelos blancos
siguen alerta.
Quién alivia sus penas
de treinta años
quién repara esos vientres
de tanto daño.
Todo el resto es mentira
grave pecado
cómo olvidar amores
tan malogrados.
Para unir esta tierra
celeste y blanca
para erguir su bandera
libre de mancha
hay que impartir justicia
por tantos males
que sufran su castigo
los criminales.
Así conseguiremos
la paz deseada
y la deuda pendiente
estará saldada.
Recién los corazones
reconciliados
gestarán  argentinos
más hermanados.
Sin verdad y justicia
la patria mía
sólo será el cadáver
de la utopía.
Proyectar el futuro
vencer los miedos
cómo puede mi tierra
partida al medio.


CHE

Tu estrella fue creciendo, compañero,
para alumbrar mi vida.
Te fui amando despacio
descubriéndote a tientas
oyendo y desoyendo la leyenda
y haciendo con mis manos
la verdadera historia del hombre irrepetible.
Amado hasta la muerte
y después de la muerte
multiplicado en cada corazón sencillo.
Y vi como tus huesos surgían refulgentes
del barro del olvido
que se hizo arcilla fértil
para poblar de sueños la infinita vasija
del pueblo maniatado.
Creciste, comandante, como un sol gigantesco
que entibió cada pecho.
Y organizó este caos.
No pudieron con vos
ni la mentira ni la desmemoria
ni pudieron las balas asesinas.
Tu fuego visceral las fue cremando
mientras te alzabas como una cordillera.
Hoy mis hijos te nombran y se asombran
del coraje y de la entrega plena.
Hoy mis hijos te quieren.
Y siguiendo tu huella
van a llegar por fin
al hombre nuevo.


25 DE MAYO

Voy naciendo.
De las cadenas de la dominación surgen mis manos para asir el viento.
Me estoy pariendo.
Entre los restos calcinados del combate emerge mi cabeza y veo el paisaje.
Me construyo
encimo uno por uno los ladrillos de mis células verticales
moldeando mi torso de joven muralla.
Estoy fundándome
y del barro del génesis se liberan mis pies sobre la América austral.
Me crecen alas
y soy llanura inmensa flameando en los trigales
vibra mi desnudez
para que el cielo pudoroso me engalane con sus gamas azules
trepo en la cruz del sur
y mis brazos se extienden desde oriente a occidente
como un abrazo protector y unánime
Me han lastimado mucho, muchísimo me hieren
en mi nombre prometen falsamente
les mienten a mis hijos paraísos virtuales
parece que agonizo
pero al fin resucito en la fiel llamarada de la paz libertaria.
Oíd, mortales, el grito sagrado.
Yo soy la patria.


DESOLACIÓN

Aferrando aquel bolso desteñido
como una tabla en el naufragio
mira con esos ojos provincianos
la deforme silueta ciudadana.
Se nubla su mirada
por la densa humareda del recuerdo
y en el vértigo insomne de la tarde
es apenas gemido.
Tan pocos años y, sin embargo, siglos
porque el dolor pone arrugas al alma
y es su boca casi un ave dormida
en el extraño nido del silencio.
Sus manos, dos caricias ateridas,
estrujan la soledad en un pañuelo
que ya no seca el llanto, por ausente,
ni despide al amante.
Tiene frío y no entiende
que por la calle digan que es verano.
¿Qué termómetro mide la tristeza
y qué aspirina alivia el desamparo?
Alguien dijo una vez en la pantalla
que en el mundo hay lugares increíbles.
Pero nadie  le dijo
cuál era su lugar en este mundo.
Los trenes van, orugas que no cesan,
intercambian muñecos casi humanos,
los trenes vienen, gigantes trashumantes,
y ella no sabe si está viva
o todo es parte de una pesadilla.
Desde el andén la realidad es un abismo.
Y es una invitación.


2 comentarios:

  1. Liliana querida, grande y desgarrador tu grito libertario donde la palabra hace posible abrir las puertas selladas.
    Un abrazo.

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  2. Querida Liliana , te digo la verdad? Lo que mas recordaba de vos era tu risa contagiosa.
    Tus poemas tocan una parte muy profunda DE mi ser .
    Te abrazo

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